En uno de sus artículos, el profesor Noam Chomsky explica por qué
el mundo ya no quiere ser como EE.UU., el cual se comporta como un "Estado
canalla", que con sus acciones contribuye a su propia decadencia.
Reproduciendo las palabras de un comentarista
chino que escribió que "si EE.UU. no puede ser un miembro responsable del
sistema mundial, tal vez el mundo debería 'desamericanizarse' y separarse del
Estado canalla que es el poder militar reinante", Chomsky recuerda en un
artículo publicado en el portal Alert
Net que Washington está perdiendo credibilidad en múltiples
terrenos.
El autor estadounidense argumenta que si bien
EE.UU. era antes irónicamente descrito como "un Estado con un solo
partido: el partido del negocio, con dos facciones llamadas demócratas y
republicanos", esto ya pertenece al pasado. EE.UU. sigue siendo un Estado
de partido único: la parte empresarial. No obstante, ahora solo conserva una de
las facciones: los republicanos moderados, llamados hoy en día los 'Nuevos
Demócratas'.
Según Chomsky, todavía
hay una organización republicana, pero hace mucho tiempo abandonó cualquier
pretensión de ser un partido parlamentario normal. Así, para Norman Ornstein,
comentarista del 'think tank' estadounidense American Enterprise Institute, los
republicanos de hoy en día son "una insurgencia radical,
ideológicamente extrema" que representa un grave peligro para la
sociedad.
En este sentido, ya en 1999, el politólogo Samuel P. Huntington advirtió que
para la mayor parte de los países, EE.UU. se está "convirtiendo en una
superpotencia canalla", siendo considerado como "la mayor amenaza
externa para las sociedades del mundo".
Un EE.UU. que se "aleja del mundo" por diversas vías, una de las
principales, en opinión del analista David Kaye, es el rechazo recurrente de
Washington hacia los tratados multilaterales.
"El rechazo de las obligaciones internacionales por parte de EE.UU. está
tan arraigado que los gobiernos extranjeros ya no esperan la ratificación
de Washington o
su plena participación en las instituciones" para crear el mundo que se
está gestando". Las leyes se hacen en otros lugares, con una limitada
(cuando la hay) participación de EE.UU.", añade Kaye.
Para Chomsky, actos como el mencionado rechazo del multilateralismo se
limitan a los "Estados canallas", aquellos lo suficientemente
poderosos como para actuar con total impunidad. Así, el poder hegemónico ofrece
a EE.UU. la oportunidad de convertirse en un "Estado delincuente, que
desafía libremente la ley y las normas internacionales, mientras se enfrenta a
una mayor resistencia en el extranjero y contribuye a su propia decadencia a
través de heridas autoinfligidas", sentencia el autor.
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