Diez
pasos que destruirán la soberanía estadounidense es lo que profetizó el
empresario y activista estadounidense Robert Welch hace 55 años. Muchas de sus
predicciones ya se están cumpliendo.
El
fundador de la John Birch Society relató en una de las reuniones de la
asociación conservadora esas medidas que, según él, planeaban emprender las
élites mundiales –como el Club Bilderberg- para
destrozar a EE.UU. en su intento de conseguir el control global.
"Una parte de ese plan, por supuesto, es inducir a la entrega gradual de
la soberanía americana paso a paso a varias organizaciones internacionales, de
las cuales Naciones Unidas es un extraordinario pero no el único ejemplo",
afirmó Welch.
Y esta es la lista de los 10 pasos que mencionó a continuación:
1. El aumento drástico en el gasto
público en todos los medios imaginables para deshacerse de cantidades cada vez
mayores de dinero estadounidense de la manera más derrochadora posible.
2. Impuestos cada vez más
altos.
3. Un presupuesto cada vez más
desequilibrado a pesar del aumento de los impuestos.
4. Inflación insólita de la moneda
nacional.
5. Establecimiento del control
gubernamental de los precios, salarios y materiales, supuestamente para
combatir la inflación.
6. Endurecido control socialista
sobre todas las operaciones económicas y todas las actividades de la vida
cotidiana. Esto se debe acompañar natural y automáticamente de la
correspondiente expansión del aparato burocrático y del aumento tanto de los costos como del alcance del Gobierno nacional.
7. Más centralización del poder en
Washington y eliminación práctica de las fronteras estatales. Se va realizando
un amplio trabajo para que las fronteras estatales con el tiempo no signifiquen dentro de la nación más de lo que significan
los límites de los condados dentro de los estados.
8. Un avance constante de la ayuda
federal al sistema educativo y su control más rígido para completar el proceso
de federalización en la educación pública.
9. La constante implantación en la
conciencia americana de los horrores de la guerra moderna y de las atracciones
y las necesidades absolutas de paz.
10. La permanente voluntad del pueblo
estadounidense de permitir medidas de apaciguamiento por parte del Gobierno que
culminarán en una gradual rendición del resto del mundo libre y del propio
Estados Unidos.
Considerando la política de EE.UU. tras el 11-S, la guerra
perpetua contra el terrorismo, los 'cambios humanitarios de regímenes'
democráticamente elegidos en otros países, los matones del Departamento de
Seguridad Nacional y la Administración de Seguridad en el Transporte, la Ley de Autorización de Defensa
Nacional y su permiso para secuestrar a los ciudadanos
estadounidenses sospechosos de terrorismo sin el debido proceso legal, la
reforma sanitaria Obamacare, la amplia vigilancia de masas llevada
a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional, la militarización de la Policía y
su expansión, los estándares de educación, la impresión de dinero por parte de
la Reserva Federal y el hecho de que la nación esté al borde del colapso
económico, queda claro que muchas de las predicciones de Welch ya se han
cumplido.
Texto completo en:
Estados Unidos poco a
poco va llegando hacia su propio nudo
gordiano. Los excesos del pasado van a ir pasando factura, una cuenta elevada y muy difícil
de asumir para un país acostumbrado a su papel hegemónico, que ingenuamente
creía poder mantener a perpetuidad.
En ese trayecto hacia
el momento de la verdad se alzan nubarrones en el futuro inmediato.
Figuras astrológicas
como la del próximo mes de Abril deberían dejar “muy tocado” al coloso de barro
en que actualmente se ha convertido ese país.
El Sol del gráfico radical de EE.UU., va a ser atacado duramente durante la próxima primavera, cuando la quinta cuadratura partil Urano - Plutón configure la parte esencial de la figura en Gran Cuadratura Cardinal, afectando tanto al Sol como a Saturno radicales de forma prácticamente exacta.
El antiguo Faro de la Libertad, que brillara con fuerza durante buena parte de su poco dilatada historia, ha
perdido toda conexión con las ideas que le acompañaron en su nacimiento. Su autoridad moral, que inicialmente resultaba ejemplar, en las postrimerías del siglo XVIII, cuando los
padres que crearon su Constitución defendieron un modelo ético e ideológico visionario, por aquel entonces revolucionario, ha dejado paso a un sistema bastardo e hipócrita, una caricatura pervertida de si mismo y de las ideas que se defendieron en su inicio como nación. Así sucede ahora que rota la cadena, el nexo que lo uniera en el pasado a esos elevados valores, perdida por tanto la carta de su antaño recta navegación, camina ahora a tientas, sin dirección ni guía, en rumbo errático, sumido en una gran crisis de identidad y a merced de las olas, pero ya no sólo desde el punto de vista económico o ideológico, sino lo
que es aun peor, también ético. Una grave situación que no debería permitirse un país nacido con el ascendente en Sagitario, regido por
Júpiter.
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