Los responsables de las crisis europeas
están en el norte, no en el sur
Vicenç Navarro
Este artículo señala y
muestra que la persistencia de la crisis financiera y económica europea se debe
más al comportamiento de los gobiernos de los países centrales y nórdicos de
Europa que al de los de los países periféricos. Dentro de las coordenadas de
poder dentro de la Eurozona, es imposible para los países periféricos como
España salir de la crisis, hecho ocultado en los mayores medios de comunicación
del país.
Los países del sur de Europa (Grecia, Portugal y
España) están en una situación desesperada, como reflejan sus elevadas tasas de
desempleo. Y las predicciones para que ello mejore no son halagüeñas. Según la
Comisión Europea el desempleo continuará muy alto durante la próxima década, lo
cual quiere decir que se quemarán varias generaciones.
Un tanto igual ocurre cuando miramos, en lugar del
nivel del desempleo, el nivel salarial. Los salarios han estado bajando y
bajando –como parte de lo que se llama la devaluación doméstica- a fin de
abaratar las exportaciones, las cuales, se nos dice, nos sacarán del agujero,
cosa que es obviamente falsa. En realidad, tal como está estructurada la
Eurozona, es imposible que los países del sur puedan competir con los países
del Norte. Veamos los datos.
Comencemos por Alemania. La economía de este país
se basa en una enorme devaluación doméstica (conseguida a costa de que
aproximadamente una cuarta parte de su fuerza laboral esté en condiciones de
gran precariedad) a fin de conseguir estimular la economía a base de
exportaciones. Ello determina un superávit anual en su balanza por cuenta
corriente (current-account surplus) de nada menos que de unos 125.500 millones
de euros al año (promedio anual desde que se estableció el euro en 1999). Es el
segundo país en superávit después de China (algo más de 162.000 millones
anuales). Como bien escribe Kemal Dervis en su artículo “Northern Europe’s Drag
on the World Economy” (del cual extraigo la mayoría de datos de este artículo),
es sorprendente que mientas China está bajo una enorme presión para que reduzca
tal superávit, a Alemania se la deje tranquila, sin que sufra amenazas de
sanciones como las que sufre China.
Bajo estas circunstancias, es muy difícil que estos
países puedan salir de la crisis a base de exportaciones, ganando en
competitividad a Alemania, pues los establishments de estos países quieren
ganar en competitividad mediante la bajada de salarios (que está deprimiendo
más y más la demanda doméstica).
Pero la situación es todavía peor. No es solo
Alemania la que tiene un superávit anual en su balanza por cuenta corriente,
sino todos los países del norte (Suecia, Dinamarca, Noruega y Suiza, que no
tienen el euro pero definen el valor de su moneda en relación al euro), así
como Austria y Holanda dentro de la Eurozona. Ello implica que el superávit de
esta Europa del Norte (cuya moneda, directa o indirectamente, es el euro) es de
nada menos que de unos 406.000 millones de euros (el de China este año será de
unos 111.000 millones), lo cual es una cifra enorme, y que explica, entre otras
razones, la enorme fuerza del euro, lo cual perjudica enormemente a los países
del sur pues dificulta sus exportaciones.
Ante este panorama tan sombrío hay solo dos
soluciones. O bien salirse del euro (una posibilidad que debería considerarse)
o hacer que la demanda doméstica de los países del norte crezca a base de
aumentar los salarios de los trabajadores del norte. Nunca se había visto de
una manera más clara que los intereses de los trabajadores del sur y del norte
coincidieran más. Pero el hecho de que esta alternativa no se esté considerando
se debe al gran dominio que el capital financiero (que se beneficia del euro
fuerte) y el industrial (que se centra en las exportaciones) tienen en todos
aquellos países y en la estructura de gobierno del euro.
De ahí que la alianza de las clases trabajadoras a
nivel europeo representaría una gran amenaza a los intereses de estos
establishments, lo cual explica su apoyo a tesis racistas y chauvinistas (léase
la prensa alemana y nórdica, y lo verá), que intentan evitar esta alianza,
presentando a los trabajadores alemanes, por ejemplo, como sujetos de intereses
opuestos a los obreros españoles, griegos y portugueses. Así de claro.
Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 29
de noviembre de 2013
Fuente:http://www.attacmadrid.org/?p=10419