La decepción de los europeos con sus gobiernos sigue creciendo,
mientras la radicalización de las élites se perfila como
amenaza potencial para el futuro de la Europa unida.
La decepción de los europeos con sus gobiernos sigue creciendo,
mientras la radicalización de las élites se perfila como
amenaza potencial para el futuro de la Europa unida.
Un nuevo informe anual presentado bajo el título 'How's Life? 2013' (¿Cómo es la vida? 2013) y que ha
sido elaborado por la Organización y el Desarrollo Económico (OCDE) muestra una
preocupante caída de popularidad de varios gobiernos europeos. Según los
investigadores, esta tendencia se debe principalmente a la poca efectividad de
las medidas económicas de ajuste impuestas contra la crisis financiera.
"En los países más afectados por la crisis la
gente pierde la esperanza en que las actuales instituciones gubernamentales
puedan contribuir a solucionar sus problemas'', señala Martine Durand, jefa del departamento de
estadística de la OCDE
De acuerdo con el informe, en 14 de los 17 países
de la zona euro, los niveles de confianza en sus gobiernos han caído del 49,1%
al 42,8% en los últimos cuatro años y, como era de esperar, esta tendencia
resulta más visible en países como Grecia, España, Portugal
A la par que se sienten decepcionados por sus
gobiernos actuales, cada vez más europeos miran con esperanza a fuerzas
políticas radicales y de ultraderecha que hasta ahora no gozaban de apoyo
masivo o que eran consideradas como marginales.
En Grecia, donde el nivel de confianza que genera
el Gobierno ha caído del 28% de 2007 al 13% de 2012, el partido
ultranacionalista Amanecer Dorado, que
ha sido calificado en algunas ocasiones de neonazi o fascista, obtuvo el 7% de
los votos en las elecciones de 2012, lo que se tradujo en 21 escaños en el
parlamento griego.
La situación en otros países de Europa tampoco da
motivos para optimismo. No en vano, durante los dos últimos años, en las
elecciones parlamentarias el partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses
obtuvo el 19% de los votos, mientras que el Partido Demócratas de Suecia obtuvo
20 escaños parlamentarios bajo el lema electoral ''Suecia para suecos" y
el Partido de Progreso, también conocido como el partido de Anders Breivik, es hoy la tercera fuerza política en
Noruega. Una tendencia similar se observa en Países Bajos, Reino Unido,
Alemania y Francia.
Por otra parte, los partidos de corte nacionalista
y derechista representan una amenaza potencial para el proyecto de la Europa Unida.
"Soy una adversaria abierta de la Unión
Europea, de esta construcción antidemocrática que arrastra de forma humillante
a Europa por los mercados financieros", declara la presidenta del partido
nacionalista francés Frente Nacional y la candidata en las elecciones
presidenciales, Marine Le Pen en una entrevista con
la emisora de radio 'The Voice of Russia'. El partido de Le Pen ha sido una de
las fuerzas principales que 'enterraron' el proyecto de la Constitución
Europea.
Según las estadísticas, un 43% de los encuestados
en la eurozona mantiene una actitud escéptica hacia la Unión Europea, mientras
que otro 17% aún no han formulado su posición hacia las perspectivas de la
Europa unida.