Vamos con un poco de historia de la astronomía. En 1772 el director del Observatorio de Berlín, Johann Elert Bode, se apropió de una idea descubierta 6 años antes por Johann Daniel Titius. La historia es tan injusta que a día de hoy aquella idea recibe el nombre de ambos (Ley de Titius-Bode) y en ocasiones, incluso se la conoce simplemente como Ley de Bode omitiendo la identidad de su creador real.
Pero vamos al grano. Esta ley relaciona la distancia de un planeta al sol con el número de orden del planeta mediante una regla simple. Se trata de un sucesión que facilita la distancia de un planeta hasta el sol.
El problema es que cuando se enunció, no se conocían aún todos los planetas actuales, sino solo a los clásicos: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
Cuando se aplicaba la sucesión, las distancias en las que debería haber planetas incluían la presencia de un "quinto planeta desconocido" situado en una óbita intermedia entre Marte y Júpiter. Aquello hizo que los astrónomos europeos se lanzaran a escudriñar el cielo con todo el empeño que les permitían sus humildes medios, en busca de ese planeta oculto.
Imagen de Vesta tomada por la sonda Dawn (AP foto/NASA/LPCH)
En 1801 el italiano Giuseppe Piazzi descubre al asteroide Ceres, el mayor astro situado en lo que hoy conocemos como cinturón de asteroides, y considerado hoy en día como planeta enano. Seis años después, en 1807, H. Wilhelm Olbers descubrió a Vesta, el segundo objeto con más masa del cinturón después de Ceres.
Libro de Piazzi titulado
"Della scoperta del nuovo pianeta Cerere Ferdinandea",
en el que anuncia el descubrimiento.
Mucho se ha especulado con el origen del cinturón de asteroides. Hay quien cree que la enorme gravedad de Júpiter, más aún cuando se encontraba en fase de formación y su volumen era mayor, desmembró al famoso 5º planeta y arrojó buena parte de su masa al interior del sistema solar, provocando una lluvia de asteroides. Pero ese no es el objeto de este artículo, prefiero hablaros de Vesta, y de como los científicos, al igual que antes había sucedido con Ceres, acaban de dejar de considerarle asteroide otorgándole la categoría de protoplaneta.
Lo que les ha hecho cambiar de idea sobre su naturaleza es el descubrimiento de un núcleo de hierro, una superficie heterogénea, la presencia de capas de roca y posiblemente un campo magnético. Todas estas son características de un planeta en formación, y no de un asteroide.
El equipo internacional de cientíicos ha estado estudiando Vesta durante 10 meses gracias a los datos obtenidos por la sonda robótica de la NASA Dawn. El análisis de las más de 1000 imágenes enviadas por la sonda, confirman que este planeta embrionario sufrió dos grandes impactos en su hemisferio sur.
Los astrónomos están encantados con el material recibido. Consideran a Vesta un especie de cápsula del tiempo que los retrotrae al período de formación del sistema solar.
En palabras de Christopher Rusell de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) e investigador jefe del trabajo: "Tenemos un cuerpo que se formó en una fase muy muy temprana, de modo que al observarlo sabemos las condiciones que existieron entonces. No podríamos haber obtenido ese conocimiento de cuerpos como la Luna o la Tierra. Simplemente no habríamos podido retroceder hasta unos 300 millones de años después de la creación del sistema solar".
CERES
Ceres es el más pequeño de los planetas enanos dentro de nuestro sistema solar, aunque hasta la reunión de la Unión Astronómica Internacional el 24 de agosto de 2006, era considerado el mayor asteroide descubierto por el hombre. Fue descubierto el 1 de enero de 1801 por Giuseppe Piazzi y recibe su nombre en honor a la diosa romana Ceres.
Este planeta enano contiene aproximadamente la tercera parte de la masa total del cinturón de asteroides, siendo el más grande de todos los cuerpos de dicho grupo.
La idea de que un planeta frío desconocido existiera entre las órbitas de Marte y Júpiter fue sugerida por Johann Elert Bode en 1768. Sus consideraciones se basaban en la Ley de Titius-Bode, una teoría propuesta por Johann Daniel Titius en 1766. De acuerdo con esta ley, la distancia al Sol de este planeta era de unos 2,8 UA. El descubrimiento por William Herschel de Urano en 1781 incrementó la creencia en la ley de Titius-Bode. En el congreso astronómico que tuvo lugar en Gotha, Alemania, en 1796, el francés Joseph Lalande recomendó su búsqueda. Entre cinco grupos de astrónomos se repartieron el zodíaco en la búsqueda del quinto planeta y en 1800, veinticuatro astrónomos expertos, combinaron sus esfuerzos y comenzaron una búsqueda metódica del planeta propuesto. El proyecto fue encabezado por Franz Xaver von Zach. Si bien no encontraron a Ceres, sí que descubrieron grandes asteroides.
Finalmente, Ceres fue descubierto el 1 de enero de 1801 desde un observatorio en Palermo (Italia) por Giuseppe Piazzi (1746-1826), sacerdote católico y educador, mientras trabajaba en la compilación de un catálogo estelar. El día 3 de enero el cuerpo se había desplazado un tercio de luna hacia el oeste. Hasta el 24 de enero no publicó su descubrimiento creyendo que se trataba de un cometa.
El objeto fue cautamente anunciado por su descubridor en un primer momento como un cometa sin nebulosidad más que como un nuevo planeta.
Carl Friedrich Gauss, que llegó a ser un gran matemático, inventó ex profeso para Ceres un procedimiento de cálculo de la órbita con tal de aprovechar los pocos datos que se tenía de ella conseguidos por Piazzi. Una vez calculada, resultó un cuerpo orbitante entre Marte y Júpiter.
Si bien Ceres fue considerado demasiado pequeño para ser un verdadero planeta y las primeras medidas presentaban un diámetro de 480 km, permaneció listado como un planeta en libros y tablas astronómicas por más de medio siglo, aproximadamente hasta la década de 1850, antes de que se encontraran otros muchos objetos similares en la misma región espacial. Ceres y ese grupo de cuerpos fueron denominados cinturón de asteroides. Muchos científicos imaginaron que serían los vestigios finales de un antiguo planeta destruido, si bien actualmente se cree que el cinturón es un planeta en construcción y que nunca completó su formación.
Piazzi lo bautizó como Ceres Ferdinandea por Ceres, la diosa romana de las plantas y el amor maternal y patrona de Sicilia, y por el rey Fernando IV de Nápoles y Sicilia, patrón de su obra. El apellido Ferdinandea se eliminó posteriormente por razones políticas. En Alemania por un corto tiempo fue llamado Hera y en Grecia es llamado Deméter que es la diosa griega equivalente a Ceres.
Tiene un diámetro de 960 × 932 km y una superficie de 2.800.000 km², encontrándose situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Su superficie es equivalente a la superficie de Europa central y meridional, o también a la mitad de Rusia. Esta comparación nos ayuda a establecer una imagen intuitiva del tamaño real de Ceres.
Tamaño comparativo Ceres, la Luna y la Tierra
Con una masa de 8,7×1020 kg (25% de la masa del cinturón de asteroides), Ceres comprende casi un tercio de la masa total estimada (2,3×1021 kg) de los asteroides del Sistema Solar. Hay algunos indicios de que su superficie es cálida y de que podría tener una débil atmósfera y escarcha.
En el pasado, Ceres era considerado como el mayor de una familia de asteroides (un grupo de elementos orbitales similares). Pero estudios avanzados han mostrado que Ceres tiene unas propiedades espectrales diferentes de las de los otros miembros de la familia, y ahora este grupo es denominado como familia Gefion, nombrado con respecto al asteroide (1272) Gefion, siendo Ceres un accidental compañero sin un origen en común.
Ceres sigue una órbita entre Marte y Júpiter, en medio del cinturón de asteroides, con un periodo de 4,6 años. La órbita está moderadamente inclinada (i=10.6° comparada con los 7° de Mercurio y los 17° de Plutón) y moderadamente excéntrica (e'-.m .'=0.08º comparada con los 0.09º de Marte).
La imagen de la derecha ilustra las órbitas de Ceres (azul) y las de otros planetas (blanco/azul). Los segmentos de las órbitas por debajo de la eclíptica están en colores oscuros, y el signo (+) en naranja ubica al Sol. El diagrama superior izquierdo es una vista polar que muestra la localización de Ceres entre Marte y Júpiter. El diagrama superior derecho es una cercana demostración de las localizaciones del perihelio (q) y del afelio (Q) de Ceres y Marte. El perihelio de Marte está en oposición al Sol desde el de Ceres y de muchos de los grandes asteroides del cinturón de asteroides, incluyendo a (2) Palas e (10) Higia. El diagrama inferior es una vista en perspectiva mostrando la inclinación de la órbita de Ceres comparada con las de Marte y Júpiter.
CURIOSIDADES
El símbolo astronómico de Ceres es una hoz, (), similar al símbolo de Venus (). Existen numerosas variantes del símbolo de Ceres, incluyendo , y .
El elemento químico cerio (número atómico 58) fue descubierto en 1803 y tomó su nombre del planeta enano, que se había encontrado dos años antes.
Como curiosidad histórica, el conocido filósofo alemán Hegel "demostró" en su tesis doctoral que el Sistema Solar solo podía tener siete planetas, lo cual hacia imposible la existencia de Ceres. La defensa de la tesis tuvo lugar varios meses después del descubrimiento del "planeta enano".
Actualmente en Astrología se considera a Ceres como regente de Virgo, debido a que encarna de alguna forma la representación de todo el Cinturón de Asteroides situado entre las órbitas de Marte y Júpiter, ya que se trata del cuerpo con mayor masa de todos ellos, al que le sigue en segundo lugar Vesta.
La fragmentación de un planeta, según algunos estudios, es el origen del Cinturón de Asteroides. Un planeta destruido en fragmentos por un impacto cósmico, o tal vez los fragmentos que intentaron sin exito constituir un planeta....En todo caso nos conduce al simbolismo de Virgo, en cuanto que es el signo de la fragmentación, la multiplicidad y la disgregación, Virgo divide en fragmentos que luego estudia detenidamente. Es también el signo de la compartimentación y la clasificación, además es signo de tierra esa tierra que proporciona el alimento y el grano, es la virgen nutriente y generadora que alimenta al mundo.
Virgo está regido por Mercurio de tal forma que debería existir una conexión entre Ceres y Mercurio, si ambos rigen este signo.
Esta conexión queda patente si observamos la siguiente figura
En este gráfico corroboramos algunas ideas acerca de las octavas planetarias referentes a los planetas neutros.
Siempre se ha comentado que Urano se considera como una octava superior de Mercurio... Sin embargo esta figura que estructura los duplos planetarios revela que el planeta Mercurio tiene más octavas superiores ademas de la que representa Urano.
Así Ceres sería la inmediata octava superior de Mercurio y encarnaría todo el arquetipo de la Diosa que le da su nombre, el "anima" del Cinturón de Asteroides al ser el cuerpo con más tamaño y masa del mismo, al que le sigue en importancia Vesta.
Si observamos atentamente, el Cinturón de Asteroides es la primera frontera del Sistema Solar y su primer punto de discontinuidad (los fragmentos de un planeta que ya no existe) que separan el denominado Sistema Solar Interno (con planetas de una deteminada masa) y el Sistema Solar Externo, cuyos astros multiplican los tamaños y masas de los anteriores.
Si ahora seguimos ascendiendo por el pilar central, en el referido gráfico anterior, encontraremos al planeta Urano, (el otro planeta neutro, además de Mercurio). Vemos entonces que Urano sería la primera octava superior de Ceres, así como Ceres es la primera octava superior de Mercurio y Urano su segunda octava superior.
Urano representa las fronteras de lo novedoso: La mutación.
Curiosamente es el astro anómalo por autonomasia, tanto en su movimiento de traslación como en el de rotación. Pertenece al Sistema Solar Externo y es el primer representante denominado en Astrologia como planeta transpersonal, también el primero de ellos en ser descubierto mediante un instrumento artificial (tecnológico), el telescopio, creado por el hombre para ese fin, y sin el cual permanece invisible. Establece por tanto otra frontera, la de la visibilidad siendo el primer planeta "invisible" a simple vista.
Finalmente un escalón por encima de Urano, si seguimos nuestro ascenso según nos sugiere la figura, tenemos una nueva y, de momento, última frontera que viene establecida y representada por el Cinturón de Kuiper y el planeta recién descubierto Eris, que no sería sino la primera octava superior de Urano, la segunda de Ceres y la tercera de Mercurio.
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