LIBIA
3 Septiembre 1969
LIBIA TRÁNSITOS
26 Agosto 2011
Creemos que no será tan facil como aparenta en un inicio el control de la capital Libia Trípoli. En Astrología Mundial la capital de un estado (en este caso su capital es Trípoli) siempre viene representada por el Sol, quien, como sabemos, es también el significador de la primera figura política de un país (Muamar al Gaddafi). Vemos al Sol bien aspectado (trígono) por el protector Júpiter quien transita el signo de Tauro y lo hace sobre Saturno que desde esa posición protege a su vez a ese mismo Sol (trígono) en el radix.
MUAMAR AL GADDAFI
7 Junio 1942
MUAMAR AL GADDAFI TRÁNSITOS
26 Agosto 2011
En el radix del ex dirigente libio Muamar al Gaddafi, tenemos figuras similares que nos indican más apoyos de los que en un incio cabría esperar. Saturno desde Libra transita en trígono al Sol radix en Géminis, quien también recibe el apoyo de su dispositor Mercurio mediante un sextil.
España sigue de cerca el impacto del fin de la era Gadafi en Argelia, su mayor proveedor de gas
La presión internacional se centra ahora en Siria y Yemen
No ha sido tan pacífica como la tunecina o la
egipcia, ha necesitado para triunfar el apoyo militar de la OTAN y su éxito no
ha suscitado tanto entusiasmo en el mundo árabe como el derrocamiento de Zine
el Abidine ben Ali, en enero, y de Hosni Mubarak, en febrero. Aun así, el
triunfo de la revolución libia tendrá una gran repercusión sobre la región.
"Va a dar esperanza a las revoluciones árabes tras la frustración por el
estancamiento de estos últimos meses", cuando los rebeldes libios no conseguían
avanzar sobre el terreno, asegura el sirio Salam Kawakibi, investigador de la
Iniciativa Árabe para la Reforma.
Cadáveres en la puerta sur de Bab el Azizia
Siria es precisamente el primer país
concernido, aunque también se menciona abiertamente a Yemen -su presidente, Ali
Abdalá Saleh, sigue ingresado en un hospital saudí- y, con más discreción pero
con la misma insistencia, a Argelia. Es el más poblado de los Estados del
Magreb y el primer proveedor energético de España: más de un tercio de las
importaciones de gas proceden de ese país.
Argelia es la única de las repúblicas
norteafricanas que se ha librado de la marea revolucionaria, pero ya hace unos
días el opositor islamista Abdelá Djaballah advertía en una entrevista a la
agencia Reuters de que "no es inmune" al fin de la era Gadafi. El divorcio
entre el pueblo y el régimen constituye "un fenómeno peligroso que indica
que una gran explosión puede producirse en cualquier momento", añadía.
Hasta el Movimiento de la Sociedad para la
Paz, formación islamista moderada integrada en la coalición que apoya al
presidente Abdelaziz Buteflika, le ha invitado, tras felicitar al pueblo libio,
a "escuchar la contestación en cuanto empieza y responder inmediatamente a
las quejas". Es hora de "iniciar las reformas porque el tiempo no
juega a favor de los regímenes tradicionales".
Las manifestaciones juveniles empezaron en
Argelia en enero, casi al mismo tiempo que en Túnez, pero se apagaron
rápidamente mientras que la oposición política, dividida y reprimida, tampoco
logró tomar el relevo en febrero. El régimen apaciguó entonces el malestar
aumentando los sueldos de los funcionarios, empezando por los policías, y el 15
de abril un Buteflika achacoso -está enfermo desde 2005- anunció una apertura
política.
Cuatro nuevas leyes sobre partidos políticos,
asociaciones, sistema electoral y libertad de prensa están en preparación, pero
antes de ser aprobadas provocan ya una selva de críticas porque "no
corresponden en nada a (...) las expectativas de la sociedad", según Omar
Belhouchet, director del diario El Watan. De ahí que él y otros analistas
anuncien ya un otoño "caliente".
En Damasco no se esperará al otoño. El
derrocamiento de Gadafi tendrá "consecuencias considerables sobre
Siria", vaticinó el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé. No solo
será un estímulo para los cientos de miles de sirios que desde marzo
reivindican la caída del régimen de Bachar el Asad.
"La presión internacional va a poder
centrarse ahora en el régimen de Asad", prevé la opositora hispano-siria
Sirin Adlbi. Confía en que la comunidad internacional endurezca aún más las
sanciones impuestas a Damasco, pero recuerda que la oposición siria no desea
una intervención militar de la OTAN como en Libia.
Tampoco los países occidentales parecen
proclives a reeditarla, a juzgar por las declaraciones de sus líderes. Los
adversarios del clan de los Asad no han logrado, a diferencia de los libios en
Bengasi, liberar ninguna porción del territorio que pueda ser protegida por la
OTAN; el Ejército sirio aparenta ser más sólido y estar más unido que el de Gadafi;
es, por último, improbable que una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU ampare esa hipotética intervención.
Mientras que Gadafi estaba aislado, El Asad
cuenta con dos potentes aliados. Irán considera vital para su seguridad el
mantenimiento en el poder del clan de los Asad. En Líbano el movimiento armado
chií Hezbolá está a las órdenes de Damasco.
Solo algunos analistas osados, como el
británico Robert Fisk, vaticinan que se abrirá el debate sobre la necesidad de
auxiliar a la oposición, en cuyas filas se registran más de 2.200 muertos por
culpa de la represión militar. "¿Cuánto tiempo pasará antes de que los
europeos se pregunten por qué la OTAN, que ha sido eficaz en Libia, no puede
emplearse contra las legiones de Bachar el Asad utilizando a Chipre como
portaviones?", escribía Fisk en The Independent.
El escritor disidente sirio Louai Hussein teme
que no sea la OTAN, sino el propio "movimiento pacífico" de protesta,
el primero en empuñar las armas contra El Asad animado por el ejemplo exitoso
de los rebeldes libios. ¿Reaccionará entonces la OTAN de la misma manera que en
Libia?
Fuente: Ignacio Torreblanca - El País